Post Cumpleañero Por Mis 33
Hoy cumplo 33 años.
El 3 siempre ha sido uno de mis números preferidos. Hoy es 3 de febrero.
No sé nada de numerología, pero me gusta que hoy haya tres números 3 en mi vida.
3-3-3
Tendría que pedir 33 deseos? O sólo 3?
Y es que lo clásico de los cumpleaños es eso: los deseos. Al soplar las velas de la torta se piden estos famosos deseos para el nuevo año cumplido. Y como a mí me encanta que me canten “Happy Birthday”, siempre termino pidiendo uno o varios deseos cumpleañeros.
Este año he decidido, sin embargo, hacer algo distinto. En vez de pedir deseos –y como ya se ha hecho costumbre hacerlo todas las semanas- quiero poner una intención para mis 33. Y una intención NO es un deseo, no es algo que se pide por pedir. Es algo que deseas manifestar, sí. Pero cuya manifestación depende de uno. Es algo que se trabaja, que se interioriza, que se integra a nuestras vidas. Es algo que se tiene en mente, que se trata de sentir con todo el cuerpo, con todo el corazón y con todo el espíritu. Así que sí, este año deseo ponerle una intención a esta nueva vuelta al sol. Y no sólo eso! También quiero identificar aquello que quiero soltar, y aquello que quiero agradecerle a estos 32 años que se despiden hoy de mi vida. Así que haré este bonito ejercicio con ustedes de testigos, y para que –quién sabe- le sirva de inspiración a alguien que desee hacer lo mismo por su cumpleaños.
Empecemos.
Mi Intención
Mi intención para los 33 no podía no ser otra que la intención del año que, los que me siguen recordarán, fue vivir CON MAGIA. Qué es la Magia para mí? Para mí los momentos mágicos son aquellos que ocurren cuando todo se alinea de forma perfecta, cuando tu corazón vibra con el presente, cuando todo encaja y te hace sentido. Por supuesto que no todos los días y momentos son mágicos, pero he aprendido que mientras más presencia uno incorpore a su vida, esos momentos son más frecuentes, y todo ocurre de manera fluida y armónica, hasta las cositas pequeñas y cotidianas. Quiero integrar esa presencia a mi vida. Quiero no distraerme con ese diálogo de la mente que a veces es muy fuerte, que siempre vive pendiente de lo que pasó, de lo que piensan los demás, de la ansiedad del futuro, y nunca está ACÁ. Quiero mantener ese centro, sostenerlo cada vez más, y que mis momentos de meditación y paz sean cada vez menos espaciados. Y en la medida que abrace el presente, la magia –de la forma que sea- se manifestará en mis días. Quiero sentirme y disfrutarme en todo lo que hago, porque cuando soy yo misma, cuando aparto mis juicios y mis “debería”, la vida me sorprende con sincronismos maravillosos y fluidez. Y sí, estos 33 quiero fluir con la vida. Con magia y con amor por mí.
Qué quiero soltar?
Porque para manifestar o incorporar algo en tu vida, se necesita hacerle espacio a la abundancia, es necesario crear ese espacio soltando algo. Todos tenemos patrones que seguimos, viejas configuraciones que ya no nos sirven y que podemos dejar atrás. Puede ser un hábito que ya no nos suma, relaciones que ya no resuenan con nosotros, pensamientos y juicios que repetimos y que nos crean sufrimiento.
Este año, específicamente, deseo soltar algunos juicios personales que me impiden ser más auténtica. A veces soy dura conmigo misma y eso se traduce en querer tener todo bajo control, y que las cosas funcionen de una única manera. Y no. La magia de la vida no funciona así. A veces los errores son imperfectamente perfectos. Y por eso debo permitirme fallar, debo permitirme quebrarme, debo permitirme ser vulnerable. Una de las mejores lecciones del 2017 fue justo esa: amistarme con mi lado vulnerable. Y quiero mantener esa amistad. Quiero mantenerla porque me siento más genuina así. Y esa autenticidad es algo que quiero en todos los aspectos de mi vida, y para ello necesito deshacerme de juicios propios y ajenos, y de todo lo que no vibra con lo auténtico, ya sean pensamientos, personas o situaciones. Porque eso es lo que nos hace libres, saben? Muchas veces las cárceles nos las ponemos nosotros mismos, con nuestra mente, con esas cosas que hacemos sin pasión, con esas personas que dejamos que nos rodeen y que no están en nuestra frecuencia. Y me quiero liberar!
Quiero vivir cada vez más la libertad de ser auténtica. De ser yo.
Qué agradezco?
Dejé para el final lo más lindo: El agradecimiento. Ya deben estar cansados de que se los repita siempre, pero es que es la verdad. El agradecimiento es esa llave que nos abre todas las puertas de la felicidad y de la paz interior. Agradecer es darle valor a lo que la vida nos da. Y al valorarlo honramos nuestra existencia, y permitimos el flujo de la vida.
Esta vez agradezco esas lecciones hermosas que me dejaron los 32. Como dije más arriba, el reconocerme vulnerable ha sido fundamental. Porque entendí que ser vulnerable no es ser débil, sino todo lo contrario, es encontrar fortaleza en la fragilidad. Y es esa fragilidad la que nos permite re-armarnos, y saber qué piezas nos hacían falta y dónde debemos ponerlas. Si debo equivocarme y fallar para aprender como he aprendido, para reencontrarme con mi centro y para sentir estas pinceladas de paz que ahora siento, pues me equivocaré. Y abrazaré mis errores y mis fallas. Porque a eso hemos venido a ser humanos a esta tierra: a errar e integrar esas lecciones. Y agradezco infinitamente por ellas.
Agradezco también cada oportunidad, cada señal del universo, cada mensaje que llegó en el momento oportuno, esos pequeños sincronismos llenos de significado y fuerza. Agradezco SER y ESTAR acá hoy. Agradezco poder cumplir 33 años con la gente que quiero, con pasión por la vida y –sobre todo- en conexión conmigo misma. Esa es la mejor conexión de todas, y la mejor relación en la que invertir: la relación con uno mismo. Y estoy aprovechando cada segundo del resto de mi vida conmigo misma. Porque soy lo más importante que tengo :)
Gracias a ustedes -los que me leen- por ser y estar, también. Me acompañan, me inspiran y me motivan. Gracias por sus mensajes bonitos y sus deseos de corazón.
Estoy lístisima para los 33.
Namasté.