Cómo Encontrarte Contigo Mismo

Cómo Encontrarte Contigo Mismo

Confieso que no voy (ni puedo) responder a esta pregunta en este post. Pero no es un título del todo engañoso, porque sí quiero acercarme un poco a cómo hacer para que cada uno de ustedes pueda hallar esa respuesta por su cuenta. Y cómo NO encontrarla.

Hoy en día uno abre una app en el celular o prende un rato la compu, y se nos presenta todo tipo de información. Estamos en una era en la que en cuestión de minutos vemos cientos de imágenes, posts, consejos, noticias, videos. Ahora mismo están leyendo un post con información. Y de verdad que a veces es difícil poner límites internos entre lo que vemos, lo que somos, lo que creemos que somos y lo que creemos que deberíamos ser.

En realidad, todos los que tenemos internet tenemos acceso a publicar lo que queramos en el momento que queramos. Y eso no nos hace gurús de nada, ni expertos en nada. Yo misma dudo varias veces antes de poner “publicar”, porque no me siento experta en nada, y por eso trato de que mis posts y esta página, sean lo más amables y neutrales posibles… lo más reales y sinceros.
Y la verdad es que nos venden diariamente “fórmulas” de cómo debería ser nuestra vida para ser felices. Qué dieta seguir, cómo ser saludable, qué ejercicio hacer, qué rutina adaptar a nuestra vida, qué leer, qué dejar, y hasta qué pensar. Y vemos estas cuentas con gente feliz y exitosa (y sobre todo “saludable”), y es normal que deseemos ser como ellos. A mí me pasa todo el tiempo. Es algo innato del ser humano, anhelar esa felicidad casi mágica que vemos en otras personas, nunca en nosotros.

Pero la verdad (y sorry por pincharles el globo) es que no importa cuántos batidos verdes tomen, ni cuántas horas de yoga hagan a la semana, ni cuánto mediten, o se ejerciten, o lean libros, o compren tal producto, o respiren haciendo pranayamas. LA FELICIDAD NO ESTÁ EN NINGUNA FÓRMULA PRE ESTABLECIDA. Cada uno de nosotros tiene su propia forma de ser feliz. Y sé que suena obvio, pero cuando nos dicen qué hacer 24/7, CREEMOS que sabemos lo que nos hace felices. Creemos que debemos ser saludables, que esa es la forma, que debemos ser espirituales, que debemos seguir tal o cuál método. Es increíble, pero veo que cuestionamos muy poco las cosas que nos dicen. Pensamos que, si a esas personas les va bien, por qué a mí no? Y claro de ahí nos frustramos cuando no somos constantes.

Y es que cuando nos proponemos encontrar nuestro camino, se trata de disfrutar cada paso. No podemos exigirnos ser constantes en algo que nos hace profundamente infelices, sólo porque alguien (o todo el mundo) nos dijo que esa era la forma. Cada uno es responsable de encontrar sus propias maneras y métodos, lo que funciona para uno.

Por eso, el único consejo que les puedo dar respecto a eso es: CUESTIONEN TODO. Observen. Si algo o alguien los hace sentir juzgados o presionados, no tienen por qué seguir lo que dicen. No tienen por qué escuchar. No tienen por qué caer en el yugo de la culpa, que –dicho sea de paso- es la mejor arma para convencernos. Estamos acostumbrados a que se moralice nuestra forma de ser, desde lo que comemos y nuestros hábitos, hasta lo que pensamos y cómo invertimos nuestro tiempo libre.

Realmente obsérvense. Observen cómo los hace sentir cada estímulo y cada trozo de información que reciben, cómo los hace sentir determinada persona o personas. Observen y descubran que es lo que realmente quieren, cuáles son sus deseos reales y genuinos, no los impuestos por los demás.
Y si una cuenta, o persona (incluyendo la mía) los hace sentir desdichados, o caer en comparaciones tóxicas, o juzgados, ya saben que hay un botón de UNFOLLOW que es gratis de apretar. No teman dejar de seguir gente, o silenciar amigos en las redes. Hay que aprender a construir límites sanos, si es que eso es lo que requerimos para evitar distraernos de nosotros mismos. Lo que vemos y oímos, y lo que dejamos que participe en nuestra vida es nuestra decisión, y algo tan “tonto” como las redes sociales de verdad sí se convierte en nuestro espacio, y como tal debemos hacer que sea uno seguro y libre de emociones negativas.

Existe la inspiración positiva, claro que sí. Es aquella que nos da señales de que estamos yendo por buen rumbo, aquella que vibra con nuestros propósitos y nos guía de forma sutil hacia nuestro camino, o nos recuerda amablemente cuando nos alejamos de él. Y también hay juicios, imposiciones, llenos de “deberías” y moralidad, que NO es lo mismo.
Aprendamos a diferenciarla y a identificar nuestras propias formas. Les prometo que pueden nunca más tomar un jugo detox, ni volver a obligarse a hacer esa actividad física que detestan, ni ir a tal o cuál lugar de moda, e igual SER FELICES. Depende de ustedes encontrar y construir su propio bienestar. A su tiempo y a su manera. A su ritmo.
No dejen que nada ni nadie invada su espacio personal y trasgreda su paz.

Cuestionen todo.

Y ya saben: elíjanse siempre.

Los quiero!


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