Pasó la tormenta. Y la tormenta es salvaje, es feroz, es rauda. En la tormenta hay que actuar rápido, hay que correr por nuestra vida, buscar refugio, salvarnos de morir. Y en mi tormenta la muerte no es literal, es una muerte interna, es eso que nubla tu consciencia y te hace dudar de ti misma, de lo que sientes, de quién eres. Y en esa casi-muerte hay que buscar salvavidas, resguardarse.
Pero -como siempre en la vida- la tormenta pasa. Y hay que sobreponerse a ese shock y a ese miedo. Y empezar a sanar. A estas alturas ya no sirven los refugios ni los salvavidas. Seguir leyendo Después De La Tormenta