Sabiduría Interior
Ya que últimamente hemos hablado mucho del coraje, del vernos y sentirnos, y de vencer nuestros miedos con amor; quiero dedicar esta semana a una Intención que tiene mucho que ver con todo ello: la Sabiduria Interior.
Qué es la Sabiduría Interior?
Es nuestra voz interna, nuestro «yo» más elevado, nuestra intuición si quieren llamarlo así. Es nuestra claridad. Es nuestra esencia más pura, debajo de las capas y los velos del ego, del miedo y de todos los patrones aprendidos.
Y tengo excelentes noticias: TOD@S la tenemos.
Sólo que nos hemos desconectado tanto de ella que nos cuesta oírla y sentirla.
Y solemos confundir esa voz con la voz de nuestros miedos. Y por ello a veces no sabemos qué decidir o hacia dónde ir.
A veces tenemos esa sensación de que «algo malo va a pasar», por ejemplo. Y creemos que es nuestra intuición o nuestra voz interior, pero no es más que la voz de la ansiedad y la anticipación.
- ¿Cómo diferenciar esas voces?
- ¿Cómo volver a escucharnos realmente?
Esto es clave para a volvernos autosuficientes en nuestras decisiones y en nuestro camino.
Y no es eso lo que realmente queremos?
Poder valernos de nuestras propias herramientas y nuestros propios recursos para transitar por la vida con seguridad y tranquilidad?
A veces buscamos respuestas fuera.
Buscamos señales.
Buscamos consejos.
Copiamos formas que funcionan a otros. Creemos que el proceso de alguien es igual a nuestro proceso personal.
Eso no es más que el reflejo de la poca confianza que tenemos a nuestra propia percepción, a nuestra propia guía, a nuestro corazón.
Por eso, la sabiduría interior es CONFIAR.
Confiar en nosotros mismos.
Confiar en lo que sentimos.
SENTIRNOS.
Tener el valor de hacerlo.
Nosotr@s somos los creadores de nuestra existencia.
Podremos no controlar lo que pasa afuera, los HECHOS. Pero tenemos todo para hacernos cargo de nosotros y de cómo queremos manifestar nuestra vida. Sólo hay que confiar.
Palabra clave: CONFIANZA.
¿Cómo podemos llegar a confiar en nosotros mismos y en nuestra propia voz con tanto ruido externo y tanta información mental?
Nos es difícil diferenciar la voz de nuestros miedos, de la voz de nuestro guía interior. Esto que estoy pensando y sintiendo es mi ansiedad que me habla desde el miedo? O es esa sabiduría propia que me guía?
No tengo una respuesta mágica a esa pregunta, pero puedo empezar explicando por qué nos cuesta escucharnos y reconocernos.
Y es que las creencias prestadas, las doctrinas, la sociedad y su bombardeo de información, nos han hecho olvidar que -en realidad- lo sabemos todo dentro de nosotros mismos. Hemos olvidado que las respuestas se buscan y se encuentran dentro. Y al creer que alguien o algo nos tiene que enseñar el camino, nuestro verdadero ser se ha visto ocultado.
Y ya cuando la vida nos enfrenta a nuestras sombras o nos pone algún reto, nos sentimos pedidos porque no sabemos que ruta tomar de vuelta hacia la claridad. No sabemos quiénes somos, qué queremos, hasta nos desconectamos con lo que sentimos y necesitamos.
Cuando se trata de nuestro mundo interior, el conocimiento viene de adentro. De nuestra consciencia, nuestra intuición y nuestra claridad. Y parte de nuestro paso por este mundo, es reencontrarnos con esa voz.
- Reflexionemos: Eso que estás pensando, de dónde viene? Es una historia que te has contado una y otra vez, y que viene de otras situaciones, de vivencias pasadas, de otras personas, o de viejos patrones y creencias? O nace de tu propia perspectiva de HOY?
Es increíble lo adictos que somos a viejas historias y a planes futuros.
Finalmente, terminamos siendo esclavos del tiempo. Y dejamos de ser libres para ser quienes queremos ser hoy. Aquí y ahora.
Como les he venido diciendo las últimas semanas, primero deben permitirse sentir. Reconocer y aceptar lo que sienten HOY. Esa es la primera guía, nuestras emociones. Siéntanlas sin miedo y sin juicios.
Luego, traten de ignorar esas viejas historias que dan vueltas en nuestra cabeza. Son prestadas, NO son tuyas. Es la voz del miedo, de la repetición, de patrones ya caducados.
- Ejercicio: Háblale a tu miedo. Dile «te veo», y pregúntale: «Eres real? Eres la verdad?». Y deja que las respuestas aparezcan.
Esto es un trabajo diario, porque a veces nuestro verdadero yo está oculto bajo varias capas que hay que retirar con paciencia, curiosidad y compasión.
Pero el proceso vale la pena.
Recuperar nuestro poder siempre valdrá la pena.
Mente Clara y Corazón Abierto
Para terminar, lo que necesitamos para encontrarnos con nuestra voz interior es justo es: una mente clara y un corazón abierto.
Mente clara, porque encontrarnos y encontrar nuestra verdad NO significa analizar, sobre-pensar las cosas, o escrutiniar alguna situación. Nada más lejos de la verdad. Sobre-pensar sólo nos lleva a más confusión, porque la mente no puede conectarnos con nuestra verdadera esencia. La mente trabaja desde lo conocido, desde el miedo y la repetición… desde el ego. Así que para hallar respuestas y sabiduría en nosotros, debemos tener una mente CLARA y despejada. Una mente libre de pensamientos -esos a los que les damos vuelta una y mil veces, una mente libre de control y expectativas. Una forma de obtener esa claridad es mediante la respiración, la meditación, el conectarnos con nuestro corazón sin juicios, siempre con mucha presencia. Sobre-pensar NUNCA nos llevará a nuevas o mejores soluciones. Sobre-pensar nos drena la energía, nos sabotea, nos desgasta.
Y un corazón abierto es exactamente lo que necesitamos para ayudar a callar nuestra mente y su diálogo interminable. Un corazón abierto que se permite sentir, que se permite ser vulnerable, que se acepta en toda su magnitud. Siempre lo digo -y lo repetiré hasta el fin- permítanse sentir! Permítanse reconocer y aceptar su estado emocional actual, con compasión y curiosidad; con amabilidad y ecuanimidad. No se estanquen en sus emociones, ni las repriman. Sólo siéntanlas! El sentirlas y aceptarlas permite que fluyan y traigan la información que necesitamos.
Y siempre, siempre trátense con amor y respeten lo que necesitan momento a momento. Si para obtener esa claridad necesitan desconectarse, cerrar sus redes sociales por un tiempo o tomar un tiempo a solas, háganlo. Si para abrir su corazón necesitan escribir, llorar y tomarse una pausa, háganlo.
Las respuestas SIEMPRE están ahí.
La luz SIEMPRE está ahí.
A veces el camino se torna un poco nublado, y pensamos que no podemos ver nada claro, y nos sentimos mal de no tener las respuestas inmediatamente. No se juzguen por ello. Todos pasamos por esto en algún momento. Es parte de ser humanos.
Abrácense, sientan y CONFÍEN.
Confíen en ustedes y en esas pequeñas corazonadas que llegan con la calma. A veces son fugaces, y veces se hacen notar más, pero siempre están ahí, en cada cosita que hace vibrar nuestro corazón, en esa sensación de hogar que a veces no podemos definir pero sentimos.
Confíen en ustedes, amig@s.
Ese es el norte.
Namasté :)
«Si la voz de tu mente es una que no te permite avanzar, déjala ir, esa no es tu verdadera voz».