Vivir Con Coraje

Vivir Con Coraje

El coraje puede sonar a que debo ser valiente, enfrentar mis miedos de forma frontal, que debo ser fuerte, atrevido, impenetrable.

Pero nada más lejos de lo que realmente quiere decir.

La palabra coraje viene de la raiz latina «cor», que significa «corazón». Por lo tanto, tener coraje quiere decir vivir desde el corazón. Ponerle corazón a todo lo que hacemos y a cada paso que damos.
Y es que sí: seguir nuestro corazón requiere de cierta valentía. Requiere de mucha entrega y mucha confianza en nosotros y en el sabio proceso de la vida. Requiere de mirarnos tal y como somos; desprendernos de máscaras que nos hacen sentir protegidos.

Vivir desde el corazón es tomar la vida como es, sin preguntar. Es aceptarnos y aceptar todo. Es soltar el control para disfrutar del camino como venga. Es incorporar la magia a cada pedacito de nuestro ser.
Y no significa ser fuerte, todo lo contrario. Significa encontrarnos en nuestra vulnerabilidad y descubrir en ella nuestros tesoros. Significa aceptar nuestra suavidad, nuestra apertura, nuestra fluidez. Reconciliarnos con nuestro lado más sutil. Hacer las paces con nuestro miedo.

Reflexionemos:

  • Mis decisiones están dirigidas por el miedo o por la confianza?
  • Qué máscaras o armaduras uso para protegerme? (ojo, buscar protegernos no es malo en sí, es un mecanismo que todos tenemos, sólo hay que observarlo!)
  • Vivo con la certeza de que todo estará bien, de que el proceso es perfecto como es? O me resisto a lo que me trae la vida, paso a paso?
  • Me dejo guiar por el «pienso que…», o por el «siento que»?

Y no se juzguen al responderse estas preguntas! No hay bueno o malo. No hay mejor o peor. Todos estamos en este proceso de regreso al amor y a nosotros mismos. Sólo hay que observarnos, conocernos y aceptarnos así. De esa aceptación plena y consciente se pueden realizar cambios, si es que así lo queremos.
Pero primero hay que observarse y permitirse sentir.

¿Cómo se manifiesta el coraje en nuestra vida?

Coraje es seguir nuestro corazón, y aprender a ignorar las voces de nuestra mente y del exterior. Y eso va desde cómo y a qué decidimos dedicar nuestro tiempo, nuestro trabajo y cómo lo llevamos a cabo, hasta nuestras emociones y cómo decidimos verlas y sentirlas, a aprender a dejar ese aparente control que trae el anticipar escenarios futuros o el adherirse a un pasado que ya no nos sirve.

En pocas palabras, el coraje se manifiesta en nuestro propósito. En cualquier esfera de nuestra vida.

¿Y qué es el propósito?

Es una palabra que se usa mucho, pero que pocas veces entendemos a fondo.
Qué fácil es vivir en automático, verdad? Cumpliendo nuestras rutinas del día a día, haciendo «las cosas que debemos hacer», tachando items de una lista, sintiéndonos medianamente satisfechos porque finalmente estamos haciendo eso que nos toca.

Realmente estamos haciendo lo que nos corresponde? O nos hemos acostumbrado a una zona cómoda, donde no nos atrevemos a cuestionarnos, a mirarnos, y a abrir esa puertita hacia nuestra profundidad?

Cuando vivimos en automático, por lo general hay mucho miedo debajo. Miedo a vernos, miedo a ver «qué más hay». Y eso hace que todo lo que pasa por fuera de nosotros (el exterior) nos controle. Y por eso, luego, cuando las cosas no salen como planeamos, se nos remueve el piso y nos sentimos perdidos, a la deriva, ansiosos.

Cuando vivimos desde nuestro propósito, por el contrario, dejamos de creer en esas viejas creencias pues cada día creamos nuevas! Nos movemos desde el corazón, desde eso que nos hace emanar luz. Y a pesar que no podemos controlar lo externo, no dejamos que ello nos defina.

 

 

Propósito no es tu trabajo soñado, tu meta más importante, o la capacidad que tienes de hacer las cosas.
Propósito es hacer lo que te corresponde (sea donde sea que estés, sea lo que sea que hagas), pero a todo imprimirle corazón, conectando con el amor que te mueve en cada paso que das. Con agradecimiento, con apertura, con vulnerabilidad.

Y para ello –nuevamente- hay que atrevernos a ver y sentir.

Ese es el verdadero CORaje.

Camino del corazón vs. Camino de la mente

El coraje es el camino del corazón, el camino del amor (a nosotros mismos sobre todo), que a veces es un camino desconocido (no sabemos a dónde nos llevará!), pero es el que nos hace vibrar con nuestro propósito.

Por el contrario, el camino de la mente, es el camino de lo conocido, lo que aparentemente podemos controlar. Es el camino del miedo. Porque no nos atrevemos a vernos y sentirnos e identificar qué es lo que desea nuestro corazón de forma genuina.

Cuando nos sentimos «en peligro» dejamos que nuestra mente tome liderazgo. Dejamos que entren esos pensamientos controladores, anticipatorios, llenos de ansiedad y miedo. Y así nos cerramos a sentir.

El camino del corazón termina siendo siempre el camino más fácil. Pues nos permite fluir con la vida y aceptar lo que nos ocurre sin tanto cuestionamiento.

 

El Coraje de Amar(nos)

El corazón siempre quiere ser visto. Y así tratemos de ocultar lo que quiere y siente, de alguna u otra forma se hará notar. De alguna forma nos hará sentir incómodos, desubicados, vacíos…

Tener coraje es hablar con nuestro corazón y atenderlo. ATENDERNOS.

Y atenderlo no siempre es agradable. No siempre es cómodo.
Ojo, tampoco tiene que ser un proceso necesariamente doloroso. Mientras más tiempo ignoremos esa puerta, más difícil será abrirla luego. Y nunca hay que olvidarnos de ser compasivos y amables con nosotros mismos en ello.

El coraje se requiere en cada aspecto de nuestra vida, pero sobre todo en nuestra relación con nosotr@s mism@s.

Vernos con amor pero con claridad.
Atender nuestras necesidades reales.
Abrazarnos para poder sanar.
Amarnos incondicionalmente.
Aceptarnos en nuestra totalidad.

Y es que el coraje es también aceptación! Y la aceptación es tomar todo lo que hay. Lo cómodo, lo incómodo. Lo agradable y lo desagradable. Las cosas que nos encantan y aquellas que nos molesta mirar. Y hacerlas nuestras. Darles un lugar. Honrarlas porque son parte de nosotros y de lo que somos, y de nuestra experiencia.

La aceptación es AMAR LO QUE HAY.

Y finalmente de eso se trata el coraje.
De amar.
Amarnos, amar la vida, amar lo que hay, amar al otro.

Y abrir el corazón a lo que hay nos parece arriesgado, nos da miedo porque no sabemos a dónde nos lleva. Pero la verdad es que no se puede vencer el miedo con más miedo. No se puede vencer el miedo con la mente. Lo único que logramos es tenerle miedo al miedo, y sólo nos cerramos más a la vida, al amor y las infinitas posibilidades que surgen desde ahí.

El miedo es estar desconectados de la existencia. Es poner una pared entre nosotros y lo que es. Pared que se va construyendo a base de etiquetas, juicios (sobre todo propios!), críticas, escenarios fallidos que repasamos como tratando de salvaguardarnos. Todo ello viene de la mente.

Por eso, no luches contra el miedo con la mente! Más bien haz las cosas con amor. Una persona orientada al amor confía. Una persona orientada al amor no hace las cosas en base a resultados, sino a vivir la emoción del proceso. Como un niño. Por eso los niños son tan valientes! Porque aman lo que hay sin condiciones, con mente de principiante siempre, sin creerse eruditos de nada, sin tratar de controlar.

Amar es nuestra naturaleza. Está en nosotros siempre, por eso no hay que aprenderlo, sino sólo quitar esos velos que nos impiden vernos. Porque el amor siempre, siempre empieza en un@ mism@. Y siempre está ahí, disponible para nosotros.
Hay que abrirnos al amor. Hay que volvernos amor. Incondicionalmente. Ese es el verdadero coraje, ese es nuestro verdadero fuego. Y ese amor está aquí y ahora. Porque el coraje sólo le pertenece al presente. A cada respiración y cada paso que vas dando.

La vida es un misterio que tenemos que amar, amig@s. Desde ahí llega toda respuesta. Desde ahí podemos caminar hacia la paz. Nuestra paz. Que al final se traduce en más paz hacia afuera.

Namasté :)

«No puedes ser sincero si no eres valiente.
No puedes ser amoroso si no eres valiente.
No puedes confiar si no eres valiente.
No puedes investigar la realidad si no eres valiente.
Por tanto, la valentía va primero y todo lo demás va después.»

* Si quieres saber más acerca de cómo afrontar nuestros miedos y seguir el camino del corazón, no dejes de ver mi video de IGTV aquí! Puedes seguirme en Instagram como @pamflordeloto para acceder a todos mis videos de IGTV!

 


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