6 Tips Para Vivir Más Liger@

Todos los temas que profundizo en este blog, tanto en mis posts de Facebook como por acá en la web, los escribo porque resuenan conmigo en determinados momentos. Y si últimamente he estado poniendo énfasis en la quietud, en callar la mente, en centrarme en mí y en el presente, es porque necesito de eso estos días.

Los que me siguen por Facebook, sabrán que el tema de esta semana ha sido acerca de aprender a llevar una vida más ligera, sin tomarnos todo tan en serio y desprendiéndonos de ese afán por controlarlo todo. Desprendiéndonos también de esa costumbre de anticiparnos o preocuparnos por todo, para así no frustrarnos cada vez que las cosas no salen como las planeamos; desapegándonos de la importancia que le damos a los juicios ajenos y propios, liberándonos de cargas innecesarias que a veces llevamos, para así aprender a reírnos más de nosotros mismos y a disfrutar más de las cosas que hacemos… a ser más “fresh”. La vida es corta! Y cuando tomamos perspectiva de todas esas cosas que nos molestan y nos preocupan, nos damos cuenta que no son tan importantes. Y que al final de nuestra vida sólo importará lo esencial, y eso casi nunca está en esas preocupaciones y ese estrés sin sentido, ni en esa sobre valoración que le damos a nuestros problemas o angustias cotidianas, que finalmente son SÓLO ESO: problemas cotidianos. No nos definen. Y no deberían regir nuestra vida.

Y entiendo que a veces estamos tan inmersos en nuestros asuntos, los vemos y los analizamos tan de cerca que es difícil ver lo que realmente representan en nuestra existencia. Yo misma he estado en ello estos días, y me preguntaba: “Pame, qué puedes hacer para sentirte más ligera?”. Es así que pude armar esta listita con algunos tips que hay que tener en mente y recordar siempre para no distraernos de nuestros verdaderos propósitos. Son cositas que nos pasan siempre o que pensamos siempre y nos cargan innecesariamente; podemos tomarnos la vida más ligera si las tomamos en cuenta:

1. No tomarse las cosas de forma personal.

Como dice Miguel Ruiz en “Los 4 Acuerdos”, sea lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personal. Lo que las demás personas hacen o dicen no es contra ti, sino una proyección de su propia realidad. Lo que dicen o hacen no se trata de lo que tú eres, sino de lo que ellos son. Esto no quiere decir que seamos condescendientes o permisivos cuando nos ofenden o nos hieren; siempre podemos poner límites sanos. Simplemente no nos vamos a cargar de negatividad y drama por lo que alguien nos haga o nos diga, porque ese es asunto de ellos, y tratar de tener razón siempre o demostrar que el otro se equivoca es producto de nuestro ego y nuestra auto-importancia. Y es desgastante, y nos carga innecesariamente de veneno emocional. No necesitas depositar tu confianza y valor personal en lo que los demás te hagan o digan.

2. No quieras quedar bien siempre.

Las personas siempre van a opinar / rajar / criticar. Si invertimos nuestra energía en preocuparnos por ello, viviremos infelices y reprimidos. Y sobre todo: dejando de ser nosotros mismos. Respira hondo, y sacúdete de las opiniones de los demás. Y has siempre lo que quiere y siente tu corazón. Por último, si te equivocas, es asunto tuyo y de nadie más. Y repito: no bases tu auto-valor en lo que los demás piensen. No pongas tu auto-valoración en manos de otros. Basta con que tú te valores primero.

3. No saques conclusiones de forma reactiva.

Cuando alguien hace o dice algo, tendemos a juzgar desde nuestra propia visión de las cosas. Hacemos suposiciones, muchas veces equivocadas. Y ese también es uno de “Los 4 Acuerdos”: No hacer suposiciones. Asumimos ciertas actitudes de los demás y les ponemos un valor. Reaccionamos desde nuestro propio veneno emocional. Y esto me pasa últimamente, y cuando me observo me doy cuenta que esa forma de reaccionar y suponer cosas desde mis juicios, no es más que un espejo de mis inseguridades, de mis carencias y de mi propio dolor emocional. Juzgar y pre-suponer cosas de los demás crea conflictos innecesarios. Primero obsérvate!

4. Deja de compararte.

Como he mencionado en algún post anterior, ahora con la existencia de las redes sociales, es muy fácil ver lo que hacen los demás, lo bien que les va, la velocidad en la que avanzan en la vida. Y por lo mismo, es fácil también caer en las comparaciones, las cuales nos llevan a sentirnos frustrados y estancados. Debemos entender que todos tenemos nuestro propio ritmo y nuestras propias formas. Lo que a unos les hace feliz, no nos tiene que hacer feliz a nosotros. Y no necesitamos referencias externas para sentirnos validados en nuestras decisiones. Podemos ser nuestra propia referencia.

5. No cargues los problemas de los demás.

La solidaridad es una gran virtud del ser humano, por lo que ayudar a las personas que nos necesitan o tenemos cerca nos llena el corazón. Pero si esto se hace a costa de nuestro bienestar, ya no es saludable. Está bien darle una mano o apoyar a nuestros seres queridos, pero no se sobrecarguen de problemas ajenos. Cada uno es dueño de su vida, y los problemas de los demás son sus asuntos. Den con amor hasta donde su corazón lo permita, pero no se olviden que el bienestar propio es siempre primero.

6. Se compasivo contigo mismo.

Dejé para el final mi preferida, y que creo que está incluida en las anteriores. Se amable y compasivo contigo mismo. No seas tan exigente! Permítete el error, permítete caer de vez en cuando. Cuando nos exigimos demasiado nos volvemos intolerantes a la frustración, y a cuando las cosas no salen como las deseamos, o cuando la gente no reacciona o hace lo que pensamos. Como dije en uno de mis últimos posts: dejen de enfocarse tanto en el resultado para disfrutar más del proceso. Eso nos permite vivir en presencia, encontrando felicidad en el camino, y no vivir esperando llegar a la meta siempre. En la medida que nos tratemos con amabilidad y compasión, no permitiremos tampoco que energías externas (como la opinión de otros, lo que nos dicen o hacen) influyan en nuestro bienestar. Y podremos valorarnos como lo que somos: seres en constante aprendizaje, perfectos en cada una de nuestras imperfecciones.

Nuevamente, sé que es fácil decirlo y no tan fácil hacerlo. A veces estamos tan metidos en nuestros pequeños conflictos y dramas, que se nos hace complicado salir de esa forma de ver las cosas. Pero observémonos! Todo parte de ahí: de al menos reconocernos en alguna de estas situaciones. Y entender que podemos salir de esa visión de túnel que nos impide ver con perspectiva nuestras situaciones de vida. Disfrutemos del presente, no nos tomemos las cosas tan en serio. Aligeremos nuestro camino.

Con una mente y un corazón más ligero te puedes hacer cargo de tus asuntos, pero con responsabilidad, con consciencia y claridad.

Se les ocurre algún otro Tip? Me cuentan!

Namasté!

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