4 Sencillos Ejercicios Para Vivir Con Más Presencia
Les cuento que mi alergia de los párpados anda mejorando. De hecho, a veces se me pone rojito otra vez (cuando sudo por ejemplo), pero la intensidad es cada vez menor, así que supongo que tengo que confiar en el proceso y seguir llevando el tratamiento que me indicó la dermatóloga.
A propósito de mi alergia, como les había comentado, fue algo que se salió de control en parte por mi culpa. Esa piel del contorno de ojos es extremadamente sensible, y cuando se irrita hay que cuidarla mucho. Yo “ignoré” esa irritación inicial, y seguí maquillándome, poniéndole base, desmaquillador, etc. Hasta que ya no pude controlar toda la inflamación y mi piel reaccionó cada vez peor. Incluso cuando estuvo en su peor estado, como que no le di mucha importancia pensando que ya pasaría. Sé que tuve gran responsabilidad en todo ello y en verdad -como siempre he dicho- las enfermedades o dolencias son como pequeños (y a veces grandes) maestros que nos hacen aprender o ver algo que no estábamos haciendo o viendo.
Y fue justo en uno de los peores días de la alergia, estaba yo en plena clase de yoga cuando la profesora dice: “dejen todas las preocupaciones y pensamientos fuera de esta sala, acá sólo estamos haciendo yoga… sólo yoga!”. Y claro, la práctica del yoga consiste en eso, en estar muy consciente de tu cuerpo en el momento presente, y eso yo ya lo sabía. Pero, en el instante que la profe dijo eso yo tuve como una “claridad mental”. Y me di cuenta que, efectivamente, durante la clase había estado pensando en mil cosas menos en el yoga en sí. Y que todos esos últimos días había estado haciendo las cosas en automático, pensando en mis pendientes, sin conectar realmente con el momento. Me había desconectado de mí misma y del presente. Y esa irritación tan fea de mi piel lo demostraba: andaba tan “en otra” que ni me había prestado la suficiente atención a mí misma como para hacerme cargo de algo tan básico como mi piel. Yo, que me la paso hablando de auto-cuidado todo el tiempo, había caído en una de las peores trampas de la vida moderna: el vivir por vivir, el hacer por hacer, el dejar de disfrutar cada momento. ¡Y no me culpo ni me avergüenzo de ello! En verdad, la sociedad y el estilo de vida acelerado que llevamos nos empujan a desconectarnos con el presente, a todos nos pasa en algún momento. Tenemos cosas que cumplir, objetivos de la semana en el trabajo, pendientes, planes, preocupaciones cotidianas, y el tiempo parece que pasara rapidísimo. El resultado es que andamos con la mente anticipando cosas futuras, imaginando escenarios, y nos perdemos de lo realmente trascendental, y de lo único que es real: el presente. Así que como sé que todos en algún momento sentimos esa desconexión en mayor o menor medida, les quería compartir 4 pequeños ejercicios que pueden practicar todos los días para ayudarlos a conectarse consigo mismos y con el presente, y que me han ayudado mucho esta semana.
Tómate 5 minutos del día (¡¡sólo 5 minutos!!) en hacer el siguiente ejercicio: Cierra los ojos, inhala y exhala profundamente 3 veces, y has un recorrido mental por todo tu cuerpo, empezando desde los dedos de los pies. Ve tomando consciencia de cada partecita de tu cuerpo. ¿Qué sienten tus pies? ¿Están fríos, están cómodos? ¿Cómo sientes las piernas hoy, las rodillas? Pasa por la pelvis, por el abdomen, por el pecho, los brazos. ¿Alguna parte del cuerpo te duele? ¿Alguna se siente cansada o tensa? Llega hasta la cabeza y la cara. Y luego regresa nuevamente el recorrido hasta los pies. Finaliza el ejercicio respirando y exhalando 3 veces como al inicio.
Aunque no lo crean, solemos andar súper desconectados de las sensaciones de nuestro cuerpo, y este ejercicio nos hace volver a tomar esa consciencia de nuestra parte física y de sus necesidades.
Elige una actividad que hagas todos los días, como por ejemplo lavarte los dientes, y hazla con consciencia plena del momento, dedícate a ella al 100%. Siente la temperatura del agua, escucha el sonido del cepillo contra tus dientes, su textura, el sabor de la pasta dental. No pienses en nada más que en lo que estás haciendo. Puedes elegir una actividad distinta por día: bañarte, ponerte la ropa, lavar los platos, tomar una taza de té… ¡lo que quieras! La idea es que lo hagas volcando toda tu atención hacia la actividad, por más minúscula que sea. En verdad son esas pequeñas actividades rutinarias las que más hacemos “en automático”, pensando en el más tarde, en lo que tengo que hacer a continuación, e incluso las hacemos rápido para ponernos a hacer otras cosas de una vez. Centrar tu atención en las pequeñas cosas te conecta nuevamente al presente, ¡inténtalo!
Como en el anterior ejercicio, son esas pequeñas rutinas del día a día las que más hacemos “por inercia”, sin prestar mucha atención. Este ejercicio es más bien un reto de crear una pequeña rutina nueva para los siguientes días. Por ejemplo, siguiendo el ejemplo del lavado de dientes, proponte pasarte el hilo dental todos los días (si es que no lo haces) al terminar. O toma una nueva ruta a casa. O cambia el orden de cómo te alistas por la mañana. Esas pequeñas diferencias en tu rutina diaria te obligarán a prestar más atención al presente, y a la vez mantendrán tu cerebro ejercitado :)
¡Este también es un reto! Proponte encontrar 5 cosas bonitas e inesperadas en tu camino al trabajo. Solemos recorrer distancias con la mente en cualquier otra cosa menos tomando atención del camino. Sé que el tráfico es horrible (en Lima sobretodo), que la ciudad es gris (¡aunque tiene su encanto!), y que hay contaminación visual por todos lados… PERO proponte encontrar 5 cosas agradables en tu camino al trabajo o a la universidad o a donde vayas. Tómalo como un reto personal. Eso hará conectarte más con el momento, y además te llevarás sorpresas bonitas sólo prestando más atención al presente. Puede ser un perrito en un parque, un conductor dándole paso al peatón, una cafetería o local bonito que nunca habías notado, un pajarito en un árbol… ¡lo que sea!
Y esos son los 4 ejercicios (muy simples) que podemos aplicar en nuestro día a día y que, aunque no lo crean, nos ayudarán a conectar más con el presente y con nosotros mismos. Es como un jaloncito de orejas que nos dice, “oye, mira de todo lo que te pierdes por andar con la mente en otro lado”. La vida es AHORA. Y si bien sí hay obligaciones que cumplir y planes por realizar, procuremos ir por la vida con más presencia, con más agradecimiento y con más plenitud. Disfrutando de las pequeñas cosas, y realmente dedicándonos a nuestras actividades con mente, cuerpo y corazón. Créanme que es una magnífica forma de liberarnos de la ansiedad y del estrés.
Espero que me cuenten qué tal les va con estos ejercicios (si se animan a probarlos), ¡o si conocen algún otro!
Gracias una vez más a todos y todas las que preocuparon por mí y me mandaron mensajes lindos. ¡Los quiero!
¿QUIERES ESTAR AL TANTO DE NUESTROS POSTS, RECIBIR NOTICIAS LINDAS Y SORPRESAS ESPECIALES?